martes, 8 de septiembre de 2009

AIRES MARINEROS DEL TEJO






































Amanece sobre el tajo, en Portugal le llaman Tejo, hoy hemos quedado temprano para subir al norte, queremos ver el Santuario de la Virgen de Fátima. Sabido es, que la devoción a esta figura de la religión católica, que se venera en este lugar. Tiene millones de peregrinos. Algo muy similar pasa en Francia con la Virgen de Lourdes.

Salir del caos de circulación de Lisboa es complicado. Si no llevas una buena dosis de paciencia. Por eso pensamos que si pillamos la carretera nacional en vez de las autopistas avanzamos y nos distraemos más. Falso error, ya que la cantidad de vehículos pesados que se mueven por esta vía nos dificultan el relax.

El santuario de Fátima se encuentra en lo alto de unas montañas, la cantidad de hoteles, restaurantes y servicios de hostería que sobreviven en la zona, gracias al milagro de la virgen con los pastores, es increíble. Material religioso, velas, figuras, rosarios, todo un millón de excusas y recuerdos para llevar del paso por aquí, de los feligreses. Un negocio más de nuestras creencias.

El día había que aprovecharlo y sobre las tres y media de la tarde enfilamos rumbo a Lisboa, esta gran desconocida para nosotros, nos mantuvo las ganas hasta su núcleo turístico. Descubrir el caos de las autovías que dan acceso al centro nos quitó las ganas de dicha aventura urbana. Nos dirigimos a Belem. Allí admiramos su Torre, su cara más bonita al Tajo. El Puente colgante nos recordó una estampa fotocopiada de San Francisco.

El monumento a los marinos de ultramar, con miles de nombres y apellidos de soldados que perdieron la vida defendiendo las últimas colonias en África. El ruido de la ciudad es poco agradable el tren urbano se mueve al mismo nivel que los autos y proporciona un estruendoso paso. Nuestra visita se veía mermada al descubrir una capital con un encanto especial, con aromas del Tajo mezclado con la brisa marina del atlántico.

Esta sorprendente mezcla de cultura de descubrimiento y aires altaneros se contra restan con la urgente puesta al día de su condición Europea de gran capital del mundo antiguo, las calles angostas, empedradas, edificios centenarios de tosca blanca ennegrecida del moho del tajo, barrios restringidos en accesos. Fue aquí donde muchos atrevidos se lanzaron al descubrimiento de Colón y su proeza. Es aquí donde se acaba Europa hacia el Sureste y empieza el Atlántico abierto.

Hemos resignado nuestra curiosidad, en Lisboa para una próxima cita, su encanto nos atrapa en una misteriosa atracción, sin duda tiene poder de anfitriona. Volvemos a recuperar el GPS para intentar salir del caos lo antes posible, y pronto estamos de nuevo en el hotel en Santa Iria.

Hoy hemos realizado 280 km. Otra tiradita más a nuestro entusiasmo turístico. Mañana nos espera una dura jornada. Etapa Maratón, donde habrá de todo. Mucha tierra y hasta los arenales. Se lo contaremos, saludos

1 comentario:

  1. ¿Como puede ser esa foto? ¡¡¡La mesa vacia!!! ¿es que se estan aflojando?.... ANIMO CHICOS QUE AUNQUE DE GC SOIS CANARIOS... Y HAY QUE DEJAR EL PABELLÓN ALTO...ARRIBA AMIGOS...

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